Segunda jornada del MV y de nuevo clavada a la anterior
ocasión en que disfrutamos de esta ruta.
Esta vez conocer la ruta nos hizo afrontar cada episodio con
la cara que se merece y evitar muchos despistes en los puntos claves.
Salimos de St. Joan echándonos a la mochila el pan que más
tarde rellenaremos con el sustento comprado ayer.
El perfil describe 3 puntos altos consecutivos y cada uno
mayor que el anterior, tocará apretar los dientes.
Poco a poco nos internamos en ruta y vamos ganando nivel. Un
perro Chufi nos sigue durante unos metros, cuando se cansó de nosotros giró de
regreso, con todo esto ya hemos hecho el primero, pasando por zonas un pelín
técnicas por la acumulación de piedras.
El segundo de ellos empieza con anchas pistas que cambian
por completo una vez se cruza la carretera, aquí ya toca empujar un poco la
bici… El terreno está muy fofo por la lluvia, pero a la vez esas lluvias han
dejado los bosques verdes y dignos de fotografiar (montaña en bicicleta).
Bajada a Vallfogona, donde le damos azúcar al cuerpo y a
afrontar la tercera y mayor subida del día, que nos dejaría con un perfil
favorable quitando algún repechoncito.
La baja inicialmente es complicada, para ir mejorando
conforme se acerca a Vidrà, con el rabillo del ojo pudimos ver donde comimos en
nuestro primer paso, ahora vamos mejor de tiempo y hambre y decidimos bajar a
Vidrà.
Alli comimos y nos burlamos de la lluvia, hizo acto de
presencia pero nos pilló bajo cubierto, y afrontamos de nuevo la ruta sabiendo
que escondidito en una curva hay un desvío y que por un rato tocara empujar la
bici (no hay más remedio).
Bajada, repechoncito, bajada, rio crecido, repechoncito, rio…
campo de espigas… y así hasta Roda de Ter, donde no ha pasado el tiempo.
Con 63km y 1800m D+ disfrutamos un poco de la tarde y
comenzamos a planificar la tercera y última etapa que nos llevaría al mar,
tocaba madrugar, el día iba a ser largo.
Salud!
VATIO
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