Tercera y última etapa del MV, donde unimos la tercer y
cuarta etapas del primitivo. Las cuentas y el no acabar muy tarde en previsión
del laboro del día siguiente decían que cuanto antes empezásemos antes acabaríamos
(pero no el sentido de quitárnoslo de encima, de que pasase rápido, sino en el
sentido de gestionar bien el tiempo), así que a las 7 de la mañana ya estábamos
desayunando y comprando el pan y antes de las 8, con la fresca, rumbo a
Tavernoles , Folgueroles, Sant Julià de Vilatorrada i Vilalleons, donde
comenzaba el primer desnivel serio de la jornada y no volvíamos a pasar por
ningún punto clave (agua e intendencia) hasta Collformic.
Superamos la primera tachuelilla, bajamos un poquito y de
nuevo subida, el plato de la jornada, sabíamos (sabia y me preocupaba de transmitírselo
a Dani) que se endurecía mucho al principio, que luego se suavizaba y que al
final tocaba superar una zona no cicable
que nos llevarían a pocos metros de Matagalls, y de ahí bajada a Collformic.
No eran ni las 12 y ya comíamos en Collformic (bocata auto
transportado), cogíamos fuerza para la segunda parte del día, donde superamos
el Pla de la Calma y comenzamos a perder metros y más metros para ir a parar a
Cardedeu. Un descenso largo y cambiante, donde se aprecia el cambio de altura y
de terreno.
Cardedeu, jolines! Si aquí la idea era merendar fuerte y
como aquel que dice llegamos para comer… No íbamos con el cuchillo en los
dientes pero si por faena.
La Serra de Marina era el último obstáculo a salvar, parece
que no pero es caprichosa, subidas concentradas de repechón y descansillo,
repechón y repechón y el resorte del hambre que salta varias veces, pero… si ya
bajamos! Y aquí ya es un no parar…
Llegamos al Masnou, fotos de rigor en el monolito, nos
permitimos ver el mar a 2 palmos de él y nos reunimos con Martillo, que bajó a
recibirnos.
Salud!
VATIO
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