viernes, 25 de marzo de 2016

DE LA VILELLA BAIXA A PRADES (POR PORRERA Y SIURANA)


Comenzábamos nuestra aventurilla en MTB en la Vilella Baixa, una bonita población del Priorat. La ruta tenía como base una vuelta circular del Club BTT Llagostera colgada en wikiloc, a la que hicimos pequeñas adaptaciones para cuadrar pernoctas e intendencia.
Salimos de la Vilella Baixa por anchas pistas que escondían alguna que otra fuerte rampa (considerando que nos pillaban un tanto fríos y sin mucho sustento en el cuerpo) y en poco más de 7 km nos plantamos en Gratallops, donde desayunamos y encaramos la carretera camino a las cercanías de Falset (de este modo recortábamos el apéndice inferior de la ruta, digámosle, de base).

Gracias a las tecnologías actuales abandonamos la carretera y retomamos la ruta en el punto exacto y, de nuevo por pista y con desniveles salvables pero bruscos, llegamos a Porrera, donde reponemos agua.

Tras pasar Porrera la ruta encara una concentrada subida, por anchas y pisadas pistas junto a modernos  y alineados campos de viñas, que nos deja en la carretera, que no abandonaremos hasta el Pantà se Siurana, que bordeamos por su lado sur por la pista perimetral.

Las horas del día y el hambre me hacen recordar el corto tramo de sendero no clicable para saltar a la otra vertiente de la montaña, tras cruzar el rio que alimenta el pantano, y que tras éste el terreno mejoraba en estado y poco a poco nos iba aproximando de nuevo a la carretera que sube al pueblo de Ciurana.

El lugar para comer no fue el más idílico, el hambre apretaba, e hicimos de la curva de la carretera donde nos dejó el camino que remontamos desde el pantano, el mejor de los comedores para el más que sufrido y resultón manjar en ruta: el bocadillo!!

Poco distrajimos el diente con él, pero tampoco conviene hincharse si has de seguir pedaleando, y en subida, subida que remontaría la cresta sobre la cual se sitúa Siurana.

Ya en Siurana, un poco más tarde del mediodía y con el trabajo hecho, nos permitimos ver el pueblo con calma y tomarnos unos refrescos en el camping, sabíamos que a Prades, fin de etapa, quedaban unos 12km por pista, con una primera subida, falso llano y bajada.

Pese que la lluvia hizo un pequeño acto de presencia, lo justo para hacernos comprobar cómo se suda con el chubasquero, llegamos a Prades sin mayor contratiempo, donde nos repusimos para la siguiente jornada de pedaleo.

Sumamos unos 60km y 2200m de desnivel positivo, conocimos lugares nuevos e interesantes (al menos para mí) y nos quedamos con la sensación que pese ir con ellas  de mucho en mucho, seguimos teniendo una relación de respeto mutuo con las burritas.




Salud!

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